Cuando hablamos branding se suele hablar mucho de las bases para la definición de una marca: del territorio de marca, los atributos, los valores, la personalidad y la esencia. Y está muy bien porque sin estos pasos no seríamos capaces de construir nada consistente. Pero, ahí no acaba la definición y el posicionamiento de una marca.

Si nos quedamos en esa fase, tendremos un maravilloso planteamiento teórico. Un plantamiento que no llegará a tus clientes ni a tus clientes potenciales, que a fin de cuentas, son la razón de ser de todo el esfuerzo.

Tras el planteamiento más teórico de la definición de una estrategia de posicionamiento de marca debemos definir la plataforma de la marca. O lo que es lo mismo los comportamientos y la forma de mostrarse de la marca en cada uno de los puntos de contacto. La plataforma de marca es un documento lo más conciso y visual posible que indica las pautas de cómo se comporta la marca en sus canales:

• La comunicación
• El espacio físico (tienda, oficina, planta industrial, etc.)
• Los canales digitales
• El personal que forma tu empresa
• Las relaciones internas de la empresa
• Las acciones de patrocinio y mecenazgo (si las hay)
• El diseño del producto o la forma en la que prestas un servicio

En definitiva, la plataforma de marca es una hoja de ruta que vela para que todos los puntos de contacto de tu marca con sus públicos transmitan la personalidad de la marca de forma consistente y coherente. Es así como se construyen marcas sólidas capaces de crecer y adaptarse al entorno.